La isla de Tenerife disfruta de una notable diversidad ecológica pese a su reducida superficie, lo que es consecuencia de unas condiciones ambientales especiales
La isla de Tenerife disfruta de una notable diversidad ecológica pese a
su reducida superficie, lo que es consecuencia de unas condiciones
ambientales especiales, ya que la accidentada orografía reinante
modifica localmente las condiciones climáticas generales, originando
una gran variedad de microclimas. La conjunción de estos agentes
determina la presencia de múltiples hábitats que albergan numerosas
comunidades de plantas y animales que constituyen los singulares
ecosistemas de Tenerife.Aún faltaría hablar de la extensa fauna marina de entre la que destacan
viejas, meros, abades, salemas, samas, pargos, etc. Gran interés tienen
también la tortuga boba y las colonias permanentes de ballenas y
delfines que habitan el litoral sur de la isla. Tenerife posee un
inventario faunístico que asciende a 56 especies de aves, 13 de
mamíferos terrestres, 5 de reptiles, varios miles de invertebrados, 2
de anfibios y 400 de peces además de algunas especies de tortugas
marinas y cetáceos.
El estudio
de la fauna tinerfeña puede realizarse de un modo más ordenado si es
clasificada según los diferentes pisos ecológicos en los que se divide
el terreno de la isla. Dicha división atiende especialmente a la
orientación norte o sur de las vertientes de la isla y por supuesto a
la altitud:
Este estrato se caracteriza por una fuerte insolación y escasez de precipitaciones. Son pobres las especies animales vertebradas en este ecosistema.
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