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Tenerife sur, cálido y acogedor

Tenerife sur, cálido y acogedor
Dioni de León | 08/01/2021

El sur de Tenerife se presenta como el escenario perfecto para salir de la rutina y olvidarse de todo. Con el mayor número de horas de sol de toda la isla, ofrece a los visitantes un amplio abanico de posibilidades: realizar excursiones por espacios naturales protegidos, disfrutar del sol y del mar, abandonarse al relax en una sesión de spa, jugar al golf, practicar deportes acuáticos, visitar alguno de sus parques de ocio o descubrir pueblos que aún permanecen ajenos al bullicio del turismo. Asimismo, concentra un importante plantel de hoteles y apartamentos de primer orden, que incluye destacados establecimientos de lujo que sobresalen por su oferta de servicios exclusivos para toda la familia. Playa de los Cristianos, Playa de las Américas, Costa Adeje, Los Gigantes, Puerto Santiago, Las Galletas y El Médano son algunos de sus lugares clave. 

La cara más rural de este sur de olas y sol se encuentra entre Arico y Vilaflor. Cultivos de papas, tomates, viñedos y reductos de tuneras marcan un paisaje eminentemente agrícola donde sobreviven la arquitectura y los usos tradicionales. Aquí y allá aparecen estancias horadadas en la piedra pómez que antaño fueron viviendas y que hoy son almacenes o bodegas, hoteles rurales para quienes buscan silencio y pequeñas poblaciones llenas de encanto, como la Villa de Arico, Arico Viejo, Arico Nuevo y Vilaflor. Situado a más de 1.400 metros sobre el nivel del mar y rodeado de pinares y almendros, este municipio es una de las puertas de entrada al Parque Nacional del Teide

Mirando a la costa sureste aparecen las mayores playas de arena natural dorada de la isla. Se encuentran en El Médano, en el municipio de Granadilla de Abona, un antiguo núcleo pesquero que ahora ha cambiado las redes por las velas convirtiéndose en una importante sede de campeonatos internacionales de windsurf. De ambiente local, aunque con un buen número de residentes jóvenes y deportistas de todas las nacionalidades llegados en busca de las mejores condiciones para navegar, el paisaje de la playa de Leocadio Machado viene marcado por la presencia del bello cono volcánico de Montaña Roja, desde cuya cumbre se divisan unas maravillosas panorámicas del litoral de Arico, Granadilla y San Miguel de Abona. También son muy recomendables las playas de este último municipio para la práctica de deportes náuticos, además de añadirse la posibilidad de practicar golf en los dos clubes Golf del Sur y Amarilla Golf, que se encuentran a pocos minutos del aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía. 

Uno de los tramos turísticos más destacados de la isla es el situado en el litoral de los municipios de Adeje y Arona. Los complejos hoteleros, una amplia oferta de restaurantes y comercios, diversos parques temáticos y la garantía de un sol radiante y buenas temperaturas atrae durante todo el año a turistas tanto nacionales como extranjeros. Los cuerpos se abandonan al descanso en las tumbonas de playas tan populares como las de Fañabé, El Duque, Torviscas, Las Américas I y II, Las Vistas y Los Cristianos. Las tres primeras se encuentran dentro del área llamada Costa Adeje, cuya planta hotelera de cinco y cuatro estrellas es la más moderna de Europa y la más vip de la isla. Por su parte, Las Américas y Los Cristianos concentran también la mayoría de los servicios y ofrece todo para disfrutar: empresas náuticas y de buceo, excursiones marítimas para avistar ballenas, bares, calles comerciales y atracciones para toda la familia como el parque Las Aguilas. Aunque sin duda uno de los mayores atractivos para los amantes del golf son los tres campos situados en los términos municipales de Arona y Adeje: Centro de golf Los Palos, Golf Las Américas y Golf Costa Adeje. A éstos se ha unido recientemente Abama Golf, ya en el municipio de Guía de Isora e integrado en un gran resort que brilla por el lujo. 

El senderismo y los deportes de aventura también tienen hueco dentro del municipio de Adeje, donde no todo es sol y playa. El barranco del Infierno, por ejemplo, es una de las excursiones más espectaculares del sur de la isla, que destaca por su magnífica cascada de 500 metros de altitud, que cierra el recorrido. Otra opción, esta vez para los aficionados al parapente, es acercarse al caserío de Taucho, un excelente punto de despegue para quienes prefieren descubrir la isla a vista de pájaro. Dejando atrás este municipio y entrando en el de Guía de Isora, vuelven a la vista las plataneras y los pequeños pueblos pesqueros de Playa de San Juan y Alcalá, con bonitos rincones, charcos naturales y buenos locales donde tomar pescado. Desde aquí también se sube al Parque Nacional del Teide, atravesando cultivos de tomates y caseríos tradicionales como Chirche o Chio, desde cuyo mirador se observa la huella de la última erupción del Monte Teide, ocurrida en 1798. Otros miradores que aparecen en el camino permiten captar todo el encanto paisajístico de la zona sur de Tenerife. 

La costa del municipio de Santiago del Teide acoge uno de los rincones más bellos de la isla: los acantilados de Teno también llamados de Los Gigantes. Sus paredes basálticas tienen una altura media de 450 metros, alcanzando en algunos puntos los 600. Cada día llegan hasta aquí y otros puntos de estas aguas las embarcaciones que ofrecen avistamientos de ballenas piloto y delfines mulares. Los barcos parten desde los puertos de Los Cristianos, Las Américas, Puerto Colón y Los Gigantes, ya que a la vera de los acantilados ha crecido un bonito núcleo turístico frecuentado en su mayoría por extranjeros A la caída de la tarde, su pequeño puerto se llena de visitantes en busca de los últimos rayos de sol, ya que desde aquí se divisan los mejores atardeceres de la isla. La actividad pesquera de la zona se mantiene en el vecino pueblo de Puerto Santiago, sobre todo durante los meses de abril a noviembre, cuando tiene lugar la temporada del atún.

El interior del municipio de Santiago del Teide no es menos bello que su costa. La población que le da nombre, declarada de Interés Turístico Nacional, está rodeada de un hermoso paisaje de higueras, viñas y almendros. Subiendo en dirección al macizo de Teno, el visitante descubre una tierra volcánica en la que aún se pueden ver claramente las huellas de la erupción de 1909, la última que ocurrió en la isla. Los escasos núcleos poblacionales que existen en el municipio se dispersan entre los piroclastos y la lava que expulsara entonces el volcán Chinyero y que ahora dan alimento a los pinos que comienzan a crecer en este entorno protegido bajo la denominación de Reserva Natural Especial del Chinyero.

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