El territorio de la isla de Tenerife, de marcado carácter volcánico, surgió de las profundidades del océano hace 10 millones de años. Desde entonces, su geografía ha estado sometida a una intensidad volcánica cuyas huellas pueden percibirse en cualquier paisaje. También debajo de la tierra, donde la espeleología brinda la posibilidad de descubrir las entrañas de la Isla a través de sus numerosos tubos y simas volcánicas. Una experiencia absolutamente mágica y difícil de olvidar.
El rico patrimonio subterráneo de Tenerife está formado por más de un centenar de tubos, a los que se unen grandes cavidades y otras formas subterráneas. La famosa Cueva del Viento, en el municipio de Icod de los Vinos, al norte de la Isla, es su expresión más significativa.
Aproximadamente 17 kilómetros de galerías subterráneas conforman en este lugar uno de los complejos volcánicos más extensos del mundo.
Dado que el medio subterráneo es extremadamente frágil y que en él viven especies de invertebrados únicas en el mundo, cuya supervivencia depende directamente del respecto a unas exigentes medidas de conservación, existen restricciones para acceder a algunos tubos volcánicos. No obstante, son también numerosas las cavidades de libre acceso.