Información general

Flora de Tenerife

Flora de Tenerife

La isla de Tenerife disfruta de una notable diversidad ecológica pese a su reducida superficie, lo que es consecuencia de unas condiciones ambientales especiales, ya que la accidentada orografía reinante modifica localmente las condiciones climáticas generales, originando una gran variedad de microclimas. Esta vasta existencia de microclimas y, por lo tanto, de hábitat naturales, se hace manifiesta en la vegetación insular, constituida por una flora rica y variada (1400 especies de plantas superiores), entre las que destacan numerosos endemismos canarios (200) y exclusivamente tinerfeños (140).

Al concentrar este patrimonio vegetal de unas 140 especies exclusivas, la isla de Tenerife muestra la mayor relación de endemismos florísticos de la denominada Macaronesia. Además, la diferente composición química de los diversos materiales volcánicos que han construído el edificio insular, siempre bajo la acción combinada de los factores climáticos, dan lugar a una gran diversidad de suelos. La conjunción de estos agentes determina la presencia de múltiples hábitats que albergan numerosas comunidades de plantas y animales que constituyen los singulares ecosistemas de Tenerife.

El estudio de la flora tinerfeña puede realizarse de un modo más ordenado si es clasificada según los diferentes pisos ecológicos en los que se divide el terreno de la isla. Dicha división atiende especialmente a la orientación norte o sur de las vertientes de la isla y por supuesto a la altitud:

Cardonal - Tabaibal

Desde el nivel del mar hasta los 700 m. Este estrato se caracteriza por una fuerte insolación y escasez de precipitaciones. En él destacan como especies vegetales las tabaibas, los cardones y cardoncillos, bejeques,...

Bosques Termófilos

Desde los 200m hasta los 600 m: Este piso posee mayor grado de humedad y precipitaciones, y una menor insolación. Son importantes, dentro de las especies arbóreas las palmeras, las sabinas, los acebuches y una serie de endemismos como peralillos, guaidiles, españeros, malvas de risco y cinerarias.

Laurisilva

Desde los 500 m hasta los 1.000 m. Se trata de un bosque denso de grandes árboles, herederos de la flora de la Era Terciaria, que crecen en zonas de abundantes nieblas y lluvias frecuentes. Las especies vegetales superiores que abundan son laureles, tilos, viñátigos, barbusanos, y otras de menor tamaño como el bicácaro, la cresta de gallo, la corregüela y una gran variedad de helechos.

Fayal-Brezal

Desde los 1.000m hasta los 1.500 m. Se trata también de un bosque, pero en este caso más seco y pobre en especies. Destacan florísticamente las fayas, brezos, acebiños,...También abundan diferentes especies de setas que pueden ser tanto comestibles como muy venenosas.

Pinar

Desde los 800m hasta los 2.000 m. Bosque de pinos en formación abierta que se caracteriza por un aumento de la insolación y por una menor uniformidad en las temperaturas diurnas-nocturnas y estacionales. Sobresale por encima de cualquier otra especie el pino canario.

Alta montaña

Por encima de 2.000 m. Posee un clima seco, una insolación muy alta y temperaturas extremas. A pesar de estas exigentes condiciones, crecen endemismos vegetales de gran importancia científica y belleza como tajinastes, retamas, codesos, violeta del Teide.

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